Rouco, la propaganda y el dinero público

Vaya por delante el respeto que siento por el trabajo social y solidario de parte de la iglesia católica. Y dicho ésto, me cago en Rouco Varela. Según los cálculos de la organización Europa Laica y de un reportaje publicado en su día por el periódico El Público, la iglesia española recibe del Estado unos 6.000 millones de euros al año. Es cierto que una parte de ese dinero corresponde al pago de actividades educativas, desde la educación primaria hasta la universitaria, o a la financiación de fundaciones, o al pago de profesores de religión, o al mantenimiento de orfanatos o residencias de ancianos. En cualquier caso, prestaciones que corresponden al Estado a través de la política social. Si la iglesia católica administra este dinero es porque una parte de su rentabilidad se destina al que es su principal cometido fundacional: el apostolado. Ese apostolado, desde el punto de vista de un estado justo, debe ser llamado como corresponde: propaganda.
En los colegios, en las universidades, en las Fundaciones, e incluso en los centros sanitarios, subyace el "mensaje". La iglesia está obligada por un mandato divino, representado por las lenguas de fuego del Pentecostés, a difundir el "mensaje", la "buena nueva", o como queramos llamarlo. Al tiempo que financia servicios, la aportación del Estado a la iglesia financia una gigantesca campaña de comunicación que, al no ser presentada como tal, representa un gigantesco ejercicio de manipulación.
Así al menos lo llamaríamos si el beneficiario de estas aportaciones pública fuera cualquier otra institución. Y sobre todo cualquier institución que tuviera en la comunicación de masas su misión corporativa, como un periódico o una televisión.
Rouco Varela ha vuelto hoy a hacer política y esta vez, lejos de circuscribir sus exabruptos a cuestiones de índole más o menos moral, se ha atrevido a hablar de economía (al César lo que es del César). "¿Quién y cómo –se preguntó– se garantizarán las prestaciones para el desempleo, la jubilación, la vejez o la enfermedad?".
Vamos a ver. La pensión media en España es de 614,27 euros al mes. Es decir, 7.371,24 euros al año. Con los 6.000 millones de euros que se dedican a financiar a la iglesia católica y sus actividades apostólicas se pagaría la pensión a 814.000 personas, aproximadamente la décima parte de los pensionistas que hay en España. Vale..., y el Estado tendrá que pagar la parte no propagandística de las tareas sociales asumidas por la iglesia católica en la educación, la sanidad y el trabajo social. Pero el Estado tiene una obligación de transparencia, y el ciudadano tiene un derecho de pedir cuentas al Estado.
En cualquier caso, a la pregunta de quién, la respuesta es "el Estado" y a la pregunta de cómo...

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